La falta de sueño interfiere con hormonas que regulan el apetito, como la leptina y la grelina. Dormir poco puede generar más antojos, especialmente de comidas hipercalóricas. También afecta el metabolismo, la resistencia a la insulina y el nivel de energía para hacer actividad física. La calidad del descanso es clave para mantener un peso saludable, tanto como la alimentación.
Fuente: Universidad de Chicago, Sleep Foundation